“No quiero una escuela grande”

Las escuelas grandes tienen cierta robustez que hace que sean atractivas. Muchas presumen, por ejemplo, que tienen más experiencia por manejar un mayor flujo de alumnado. Pero a las escuelas grandes se les dificulta garantizar la individualidad de los niños y una escuela debe ser un lugar donde todos son conocidos por sus nombres, donde adultos y niños son conocidos y reconocidos.

Las escuelas pequeñas, por el contrario, permiten que tanto niños como familias sean más partícipes en el proyecto educativo. Este elemento participativo hace que el ambiente sea más democrático. Cuando las escuelas son planeadas para un número pequeño de niños, significa que la institución educativa será acogedora y amable.

La búsqueda de un ambiente participativo donde se manifieste la individualidad de los miembros de la comunidad, es un elemento esencial de la propuesta educativa Reggio Emilia.

Para nosotros, el preescolar es una extensión del hogar, un lugar donde cada niño encuentra calidez y seguridad. Nuestros espacios están diseñados para ser acogedores y reflejar un ambiente que invita al juego, la exploración y la convivencia armoniosa, haciendo que cada pequeño sienta que pertenece a una comunidad que lo respalda y lo cuida.