Educadores como primeros vínculos afectivos

Durante sus primeros años, los pequeños establecen las bases de su desarrollo cognitivo, físico y afectivo. Durante esta etapa, los vínculos afectivos que los niños y niñas construyen con los adultos que los rodean, son fundamentales para su seguridad emocional y su apertura al aprendizaje. Por eso, el rol del educador va mucho más allá de transmitir conocimientos.

Los educadores son uno de los primeros vínculos afectivos fuera del núcleo familiar. Escuchan, contienen y acompañan con presencia genuina el desarrollo emocional de los pequeños en un contacto cotidiano que busca influir de manera positiva en la autoestima, la confianza y el deseo de explorar el mundo.

Los niños aprenden mejor cuando se sienten seguros, amados y valorados. Por eso, nuestros educadores no solo son guías del aprendizaje, sino también figuras significativas en la vida emocional de cada niño. Construyen relaciones basadas en el respeto profundo, la empatía y el afecto.

Desde la mirada de enfoques como Reggio Emilia, entendemos que educar es también formar comunidad, construir lazos y ofrecer presencia. Acompañar la infancia es un privilegio y una gran responsabilidad.

Y tú, ¿te acuerdas de tus maestras de kinder?

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